MECANISMOS DE RESPUESTA DE LOS MASTOCITOS
Durante mucho tiempo, los mastocitos han sido subestimados y conocidos principalmente por su papel como mediadores en las fases tempranas y agudas de las reacciones alérgicas. De hecho, tienen una multitud de funciones muy importantes en las respuestas inmunitarias innatas y adaptativas del huésped contra patógenos bacterianos y fúngicos.
Degranulación
La función principal de los mastocitos es la liberación de mediadores inflamatorios como proteasas, citocinas y quimiocinas por degranulación en el entorno circundante. Los mastocitos son el único tipo de célula que se conoce que almacena previamente el TNF-α en sus gránulos secretores, que puede ser liberado inmediatamente después de su activación, por ejemplo, por patógenos, para iniciar la fase inicial de la respuesta inflamatoria.
Estos péptidos tienen propiedades catiónicas y anfipáticas que promueven las interacciones con las membranas biológicas y matan selectivamente un amplio espectro de microbios, incluyendo bacterias, hongos, virus envueltos y protozoos.
Además, la presencia de
la catelicidina en los mastocitos puede actuar para facilitar el reclutamiento de neutrófilos,
proporcionando así indirectamente una mayor protección contra la infección.
Fagocitosis
A pesar de que los mastocitos liberan compuestos inflamatorios clave para modular la respuesta inmunitaria y combatir los patógenos con los AMP, se discute además que las células son capaces de eliminar las bacterias mediante un mecanismo bactericida intracelular similar al de los fagocitos profesionales. Este mecanismo parece implicar la vía endosoma-lisosoma, en la que las bacterias son eliminadas mediante una combinación de sistemas de eliminación oxidativos y no oxidativos.
Trampas extracelulares
Se ha demostrado que las trampas extracelulares de los mastocitos (MCETs), liberan su ADN nuclear y posteriormente forman MCETs antimicrobianas que se asemejan a extensiones dendríticas extracelulares.
Los mastocitos se activan por contacto con diferentes estímulos de patógenos microbianos como IL-1β, IL-23, PMA y glucosa oxidasa. La estimulación de los mastocitos da como resultado la activación de las NADPH oxidasas y la formación de especies reactivas de oxígeno (ROS). La membrana nuclear se rompe y la cromatina se descondensa. Los contenidos nucleares se mezclan con proteínas citoplasmáticas y granulares. Los componentes nucleares y granulares son liberados por la célula generando trampas extracelulares, que tienen la capacidad de atrapar y/o matar diferentes microorganismos, al tiempo que potencian las respuestas inmunitarias innatas proinflamatorias.
Ya se ha demostrado que las MCET agregadas limitan la inflamación mediante la degradación de citocinas y quimiocinas. Si la formación de MCET puede disminuir la degranulación incontrolada de los mastocitos y la subsiguiente diseminación de quimiocinas y citocinas durante una infección aguda abrumadora o una enfermedad autoinmune, lo que podría provocar daños en los tejidos, inflamación y activación de las células nerviosas con un impacto potencialmente negativo en el organismo, es necesario investigarlo más a fondo. Sin embargo, quedan por definir los mecanismos de señalización precisos que regulan este proceso.
En cualquier caso, una respuesta plausible a la pregunta "¿por qué estas células de larga vida forman MCETs? Los MCETs son de especial importancia en la actividad antimicrobiana directa e indirecta contra diversos patógenos; además, la formación de MCETs puede ayudar a evitar o minimizar la afectación del huésped restringiendo las respuestas inflamatorias.
¿Sabías qué?
En 2008, se describió una estrategia antimicrobiana adicional para los MC, que ya era conocida para los neutrófilos: la formación de trampas extracelulares de mastocitos antimicrobianos (MCET). La primera proteína bacteriana específica identificada para promover la producción de MCET fue la proteína M1 de superficie de S. pyogenes.
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